
Cierto día, durante las procesiones de Corpus, ella lanzó piedras al paso que se encontraba escenificando el acto, y todos los allí presentes pudieron oir una voz divina que le anunció:
- Piedras tiras, entonces de piedra te quedaras.-La bruja se convirtió en piedra en el acto. Su aspecto era espeluznante, con la boca por siempre abierta a causa del miedo que sintió. Entonces, los habitantes que allí asistían, la colocaron en la pared de la Catedral, como si fuera una gárgola, para que de su boca no saliésen más insultos, sino agua limpia de lluvia, mirando hacia el suelo para que nunca más pudiera ver el cielo
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